Vender en Wallapop

Vender en Wallapop es parecido a practicar algún deporte de riesgo. A veces sale bien y otras mal.

En poco tiempo, hemos conseguido vender un escáner, un lector Kindle y estamos pendientes de colocar un traje de moto que compramos antes de la pandemia y que, por haber crecido a lo ancho, no nos cabe ni con vaselina.

El escáner fue a parar a un país árabe. Creo que a Dubai. Lo adquirió un arquitecto español residente allí por temas de trabajo. Por lo que nos comentó, está encantado de la vida con su nuevo aparato.

El lector se lo ha quedado una muchacha de Valencia. La venta, en ambos casos, fue excelente.

Durante el día de hoy aparecerá por el pueblo el posible nuevo dueño del mono de moto, de dos piezas que Lucas adquirió para un curso de pilotaje de seguridad, allá por el año tal (no recordamos cuándo fue, joer…).

Dos piezas que pesan un quintal y que se pueden unir mediante una cremallera potente que, se supone, aguantará cualquier rebozada por el suelo. La marca es buena; un Dainese que al principio costaría una pasta. Esperemos que el nuevo posible dueño se embobe con el traje y se lo lleve a su casa. De no ser así, volverá al armario de los trastos por colocar.

Del susto que tuvimos hace un tiempo ya nos hemos recuperado. ¡Por dios!, qué sudada nos cogió cuando el tipo que pretendía comprar la cámara, pidió una cantidad tan desorbitada que a mi equipo se le cruzaron los cables del cerebro. No entenderemos nunca el procedimiento que utilizaron. Si vendíamos nosotros, ¿cómo es que la pasta la pedían ellos?

Por suerte, estos de Wallapop, están al acecho de posibles estafas. Menos mal. Si no, puedes caer en una emboscada de la que no te salva ni el tato.

Seguiremos informando desde la trinchera.

Noticias de última hora. Ya tenemos un nuevo dueño para el mono dos piezas de Dainese. Se lo ha probada y le queda como un pincel. Menos mal. No las teníamos todas, pero existe gente menos regordi que Lucas.

Pues eso, seguiremos informando.