Una semana

Como resultado de las pruebas que le practicaron hace poco más de una semana a Lucas, a los pocos días le avisaron que tendría una visita con el urólogo del hospital el próximo 20 de enero.

Mientras freía unas cebollas que se iba a comer hoy, ha recibido un sms. Era del hospital. Le han adelantado la visita una semana. El viernes 13, como la película.

—¿Una semana antes? Se ha preguntado en silencio justo en el momento que le daba la vuelta al entrecot.
—Si lo adelantan una semana, ¿querrá decir que el resultado es chungo?

Hasta el viernes, a las 12:35 h, no saldrá de dudas. ¿Le darán una respuesta lo más transparente posible? Esperemos que sí. Las palabras técnicas tipo «adenocarcinoma de nivel 6, en la escala Gremlins», no las entiende ni el espíritu santo.

Como transcriptor de todas las noticias, buenas o malas que me facilita el equipo JASON, y en especial de la información que me ha pasado Lucas, te puedo asegurar que, en más de una ocasión, ni siquiera he entendido las palabras que, pronunciadas a ritmo de cumbia, salen de la boca de este tipo tan curioso.

No sé si es porque en su etapa escolar no le enseñaron a vocalizar o porque ahora, con sesenta y un años recién cumplidos, le da pereza poner bien la boca para que las palabras no salgan amontonadas.

La cuestión es que ha sido diagnosticado con ese nombre tan feo que nadie se atreve a pronunciar, por si acaso viene el lobo y te lleva. O tal vez, la dichosa palabra de marras es tan complicada de pronunciar que, por prudencia, prefiere no repetir.

Lucas me ha dicho por teléfono que me llamará, en cuanto salga de la visita, para darme la noticia. Así que hasta el próximo viernes no te podré decir nada más.

Esperemos que todo quede en un susto y sigamos disfrutando de las barbaridades que este equipo tan variopinto nos ofrece y entretiene cada semana con sus burradas.

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