En la película Guía del autoestopista galáctico, de Douglas Adams, la actriz principal femenina, se hace llamar Trilian y en el DVD que tengo en casa, la llaman Tricia, como el título de este post.
No voy a hablar de esta Tricia, ni tan siquiera de Patricia. En este caso, se me antoja hablar de litotricia. Concretamente, la que le han practicado a una amiga, que es la responsable de que yo, desde hace más de un año, escriba, en la mayoría de casos, disparates y temas más profundos, en otros.
Hacía bastante tiempo que no sabía nada de ella. Creía que se había retirado del ruido global porque en IG, la había visto en continuados viajes por este mundo, pero me ha confirmado que no ha sido tal y como lo imaginaba. Todo lo contrario. Ha tenido algunas citas con el médico.
Cachis la mar…
Le tengo dicho que las únicas citas a las que deberíamos asistir, son con ligues y no citas con el médico.
Estar malito es un coñazo, la verdad. Por suerte —toquemos madera o contraplacado— lo único que tengo es algún que otro dolor de cabeza, de vez en cuando, y ya está.
Volvamos a litotricia.
Me comentaba recientemente, que tuvo que pasar por unas tediosas sesiones de lito (para los amigos) porque la cosa no andaba muy bien.
Por suerte, ya se encuentra mejor, pero el hecho de que te estén mareando con exploraciones, visitas y tratamientos, pues… —que quieres que te diga—, es una gaita. Y no una gaita gallega que, al menos para mis delicados oídos, también es un coñazo, sino una gaita de esas de tocarte la pera.
Voy a buscar en la Wikipedia que fue de Trillian o Tricia, como la nombran aquí, en mi DVD. Igual me llevo una sorpresa y está o dando vueltas por el mundo o en sesiones de litotricia como mi amiga.
Que bonito, sin duda tiene tu sello característico. Eres único, si no existiera, tendrían de inventarte. Valdría la pena clonarte.