Este experimento tiene una duración de 30 días y el contador se puso en marcha el 23 de julio. Antes de esa fecha, aproximadamente una semana, iba acumulando likes. Tengo mis dudas de que esto tenga un final feliz. Que sepas de antemano que Tinder puede ser un camelo.
Observaciones a tener en cuenta si vas a caer otra vez en Tinder:
- Te haces la misma pregunta de siempre: —¿estás seguro/a? (con ésta, ya van setenta y tres veces).
- Te das de alta. No tienes remedio.
- Buscas tus mejores fotos. A poder ser, de este siglo (al ser gato/a viejo/a, las tienes guardadas en una carpeta para estos eventos).
- Cada vez te curras menos el texto. Te lo digo por experiencia.
- Esperas.
- No se sabe por qué razón, vas acumulando likes. No los puedes ver porque tienes la versión free.
- En una semana alcanzas la cifra de 91 likes.
- Te pica la curiosidad. ¿Qué tendrán estos de Tinder que siempre acabas pagando?
- Esperas a ver si te hacen una oferta. Ya llega, ya llega…
- Mitad de precio. Valoras. Picas y compras.
- Ya puedes ver los likes.
- Esta no, esta no, esta no. Esta sí. Esta no, esta no, esta no. Esta también…
- La operación matemática es extraña. Número inicial de likes, 91. Has mirado 8. Eso significa que te quedan 83 por consultar. Pues no. Te quedan 77. ¿Y eso cómo se come? No lo sé. Ya me ha pasado otras veces.
- Sigues aceptando y descartando. Enseguida te quedas sin likes.
- Curiosidad: Si en una semana (cuando era free) he obtenido 91 likes y ha pasado una semana desde que me di de alta, valorando opciones, ¿cómo es que ya no colecciono likes? ¿cómo es que ninguna nena me ha pasado a la derecha? ¿Casualidad? Rarito lo es un rato largo.
¿Qué se desprende de todo esto?
- Que me he dejado tomar el pelo otra vez.
- Que una vez pagado, ni un triste like te han dado.
- Te convences de que Tinder es un camelo.
- Para una que te envía un like, resulta ser un bot.
Y así cada vez…
