Estamos acostumbrados a ver películas en las que salen grupos de alcohólicos, drogadictos, adictos al sexo, maniaco-compulsivos y otras variantes que se reúnen un día a la semana para presentarse y explicar sus vidas, temores, ansiedades, ilusiones, progresos, etc, pero hasta ahora, no había dado con un grupo de tímidos que se reúnen para compartir sus vivencias y sentirse, a la vez, respaldados por el resto del grupo.
Ayer vi una película con este título y me dio pie a reflexionar sobre la timidez.
Seguramente, una persona experta en este tipo de trastornos diría que hay un montón de variaciones. No es mi caso, ya que no soy psicólogo, ni terapeuta, ni nada que tenga relación con el mundo psíquico, pero según mi humilde opinión, creo que hay dos tipos: los tímidos extrovertidos, como es mi caso y los tímidos introvertidos, que debe ser una putada.
Según Google, voy a tener suerte, hay estas variedades que anoto aquí:
- Timidez ante personas desconocidas.
- Timidez romántica, o ante personas por las que pueden sentirse atraídas.
- Timidez ante figuras de autoridad.
- Timidez ante exposición en público.
- Timidez privada.
Esta última no la acabo de entender; timidez privada. ¿A qué se refiere, a ser tímido contigo mismo? ¿A ser tímido en petit comité?
Volvamos a la película. Aparte de otros actores, los protagonistas son un hombre, dueño y gerente de una fábrica de chocolate, que tiene un problema importante de relaciones humanas. No quiere comprometerse porque tiene miedo al fracaso, no se atreve a tocar a nadie porque le sudan las manos, y no mira directamente a los ojos de la persona con la que habla por culpa de su enorme timidez.
Una mujer que se siente constantemente inútil. Tiene un don pero no se atreve a explotarlo por miedo al rechazo. Como dijo una coach que conozco, pone la tirita antes de tener la herida.
No os voy a hacer un spoiler de la película porque creo que vale la pena verla. Es interesante. Da qué pensar. A mí, por ejemplo, me ha activado esa parte tonta de la timidez que no te lleva a ningún sitio. Esa con la que pierdes oportunidades importantes de la vida.
Esta mañana, y con esta vez ya sería la número 69, quería borrarme de una app de citas que utilizo bastante. Así que había pensado: —me borro y se acabó. Ya estoy harto. Total mi éxito ronda el 0,1%. Trabajo en casa, estoy en casa prácticamente todo el día y salgo poco.
Eso sí, harto hasta la próxima vez que me apunte, claro. No tengo paciencia para estas cosas y a la vez soy bastante impulsivo. Creo que ambos adjetivos van de la mano.
Pues eso. Me iba a borrar y no sé si ha sido casualidad o que la app sabe que te vas a borrar, que se ha activado un match.
Hace tiempo vi a una muchacha que me llamó bastante la atención, pero como que mi éxito es del 0,1%, no me hizo el menor caso.
Hoy, sin embargo, se ha activado su match. ¿Por qué? ¿Ha sido quizás la app? ¿Ha sido ella? No lo sé ni me importa. La cuestión es que hemos contactado.
¡A ver qué nos depara el futuro!
¿Cuándo tendremos ocasión de vernos? Tampoco tengo ni idea. Lo que sé es que al final del día, volveré a borrarme de la app, por falta de interés. Además quita mucho tiempo y te puedes volver adicto.
Igual creo un grupo que llamaré adictos a las apps de citas que, visto lo visto, seguro que ya existe.
Me considero un tímido extrovertido. Tengo facilidad para entablar conversación con personas absolutamente ajenas a mí y en cambio, me cuesta horrores hablar en otro idioma. Llevo estudiando francés e inglés desde ni se sabe. Hablo un poquito de este y del otro. Tengo la suerte (o no) de recurrir a personas nativas inglesas y francesas, pero mi timidez a la hora de soltarme, puede conmigo.
Así que me estoy perdiendo la oportunidad de aprender estos dos idiomas que me fascinan, pero por culpa de esta particularidad, no la pongo en práctica.
¿Tendré que apuntarme a un grupo de tímidos anónimos para vencer estos bloqueos?