Corren malos tiempos.
La crisis no perdona.
Ya se lo han montado bien para que los de abajo no levanten cabeza porque se la pisan los de arriba.
Los seres humanos están muy crispados. Se sienten vulnerables con todo este lío de la economía mundial. Con esta nueva recesión.
Sabemos que son ciclos.
Cada cincuenta años más o menos viene un marrón de este tipo.
Parece que todo fluye, pero hay algunos personajes oscuros que te bombardean con malas noticias para que otros permanezcan en el barro.
Han proliferado los gurus que te auguran tiempos de gloria si haces esto o aquello.
La gente reza. Pide. Invoca.
—Virgen de los milagros, necesito esto. Necesito aquello.
La pobre no da abasto.
Recientemente, en Linkedin, puso en marcha una convocatoria en la que pedía ayudantes.
Requisitos:
- Ser buena gente
- Tener muuucha paciencia
- Entender unos siete mil idiomas
- Tener don de gentes
- Ser carismáticos
- Adivinos (así se ahorran tiempo en escuchar las letanías)
- Resolutivos
Y un laaargooo listado de virtudes que no voy a enumerar. Si queréis más información, podéis buscarlo en Linkedin.
Sé de buena tinta que se presentaron siete millones, cuatrocientos veintisiete mil trescientos ochenta candidatos, de los que, después de pasar las pruebas físicas, sólo quedaron sesenta y nueve.
La virgen de los milagros es muy estricta.
O vales, o no vales.
La semana que viene empiezan las pruebas psicotécnicas.
No quiero ni imaginar cuántos pasarán la prueba, pero como el nivel sea parecido a los que se presentaron para fuerzas de seguridad, creo que no lo conseguirá ni el 87 %.
Para eso, necesitarían un milagro. ¡¡¡Y qué mejor que pedírselo a la virgen de los milagros!!!