—Durante una semana te la tomas por la mañana y por la noche. Lo apuntas en una hoja y el próximo día que vengas a la revisión, se la enseñas (la hoja) a la doctora.
—¿Tienes alguna duda?
Así acabó la visita que tuvo el viernes pasado en el ambulatorio. El enfermero está preocupado por las diferencias tan grandes de su tensión.
Lucas meditó un rato acerca de esas diferencias. ¿Será porque recuerda mucho mejor los sueños y se despierta alterado, porque el día 23 tiene su hora de gloria en la Fira de Sant Jordi o porque la semana que viene tiene programada la autopsia, digo biopsia, e inconscientemente está nervioso?
En relación a los sueños, desde que sacó de su habitación el armario donde guarda su ropa, recuerda mucho mejor qué ha soñado la noche anterior.
Una amiga suya, experta en el arte del Feng-Shui, le aconsejó que, lo antes posible, sacara ese armario porque le estaba consumiendo su energía vital.
Lucas no es muy crédulo en este tipo de corrientes, pero desde que lo sacó y lo llevó a otra habitación, duerme más plácidamente. ¿Casualidad?
Evidentemente, no se desprendió del armario porque es una herencia familiar. Pertenecía al mobiliario del despacho que tenían sus padres en la casa de Barcelona. Según la prueba del Carbono 14, tiene una antigüedad de setenta y seis años. Así que una reliquia de estas características es mejor no perderla de vista.
Con la ayuda de un amigo experto en desmontar y montar muebles, lo colocaron en la primera habitación que te encuentras al entrar en el piso.
«Es una cuestión de supervivencia emocional», le remarcó su amiga.
Curiosamente, desde que el armario no está en la habitación, su descanso ha mejorado notablemente, pero los sueños son mucho más intensos y cree que estos le provocan esas diferencias tan extremas en su tensión. Eso o que, en esta nueva etapa de vida, su tensión se ha vuelto loca.
¿Tendrá alguna relación con el armario? Si es así, la distribución de los objetos de su casa ¿están en armonía según el Feng-Shui o es pura casualidad?
Lucas seguirá tomándose la tensión hasta la semana que viene, por la mañana en cuanto se despierte, -antes sería imposible-, y justo cuando se vaya a dormir. Lo apuntará todo en su libreta de apuntar excentricidades y el día que tenga la visita con la doctora, valorarán que coño hacer.
Para todo lo demás, mastercard.
Hace tiempo que decidí apuntarme casi todo. No solo la lista de la compra. Cuándo empiezo a ponerme las gotas del glaucoma, porque si me sientan mal, me cambian de marca.
En fin, me gustaría soñar y recordar los sueños, aunque dicen que siempre se sueña. Yo lo hago despierta. Sueño, imagino. Es mi manera de sobrevivir a este mundo hostil.