Siempre cae algo

Todas las mañanas, casi nunca a la misma hora, Lucas se prepara un café espectacular para ver si con la cafeína se pone en marcha. No siempre surte efecto.

Se levanta como a rastras, se pone los Crocs que heredó de su cuñado, mira de no tropezar con el agua o la comida de los gatos, se frota los ojos, se pone las gafas, todo en ese orden y como si fuera un visitante de otro mundo que ha aterrizado en el planeta por primera vez en su vida, entra en la cocina para preparar todos los elementos que entran en su desayuno. Café, un kiwi (sin comentarios) y algunas galletas (pero qué huevos que tienes, tío… algunas, dice…).

La experiencia le ha enseñado que es mucho mejor vaciar la cafetera en la pica. Antes se atrevía con todo y lo hacía directamente encima del mármol. ¡Qué valentía, por dios!

Con la mano izquierda agarra el culo de la cafetera. Con la derecha y haciendo un leve movimiento de pies (no sé por qué lo hace), intenta desenroscar la puta cafetera. No se acuerda que al día siguiente ha de repetir la jugada. La aprieta como si no hubiese un mañana. Se lo tengo dicho, pero el tipo no me hace caso.

Abre el armario, busca el pote con el café (no le gusta dejarlo en el paquete), mete una cucharilla con la intención de depositar la máxima cantidad en el filtro, aunque muchas veces se le desparrama el café en el fregadero. No problem. Vivir solo tiene sus ventajas. Recoge lo que cayó y lo recupera sin despeinarse.

Un día me dijo que siempre cae algo. El café desparramado lo guarda en una maceta. Dice que le sirve de abono para las plantas. Tal vez tenga razón. Un ficus magnificus que tiene en la terraza, llega al techo del vecino y es por el café. Me lo tendré que creer.

Ayer, sin ir más lejos, le pregunté que si puedo usar el café que le cae, como abono para mi barba. A ver si crece de una vez. Llevo así, con estos cuatro pelos, como dos meses y nada. No hay manera.

Se me está ocurriendo una guarrada. ¿Y si me pongo el café que cae en la…? Mejor no sigo. Igual me gano una hostia del censurador. Cada cosa que crezca como pueda.

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