Nos bombardean cada día con noticias sobre cómo hemos de reciclar; en qué contenedor se han de depositar los diferentes desperdicios. El gris para desechos en general, el marrón para lo orgánico, el verde para envases de vidrio, el amarillo para plásticos y envases metálicos, el azul para papel y cartón y el rojo… ¿Dónde está el rojo?

Hace más de un año, que nos machacan con lo de ponernos las mascarillas y los guantes para entrar en según qué tipo de establecimientos. Se supone que estos dos productos son altamente contagiosos porque si la persona que los llevaba puestos tuviera los síntomas o fuese portadora del covid, pueden llegar a transmitirlo y sin embargo, no hay ni un contenedor rojo en la calle, al lado de los otros. ¿Por qué?
El contenedor rojo es para los desperdicios hospitalarios e infecciosos. Si el covid es tan peligroso, ¿por qué en la calle hay tantas mascarillas por el suelo? ¿No deberían tirarse al contenedor rojo?
Si tanto se preocupan por nuestra salud, deberían tener el detalle de instalar en la calle el contenedor rojo para depositar en su interior, no sólo las mascarillas o los guantes, sino también alguna que otra jeringuilla que podamos encontrar, que en mi caso, no sería la primera vez. Incluso algún que otro pañal que ya he visto tirado por ahí.
Sé, porque lo he vivido en primera persona, que el servicio de recogida del contenedor rojo es diferente del resto. Lo mismo pasa con el contenedor de orgánico. Pero, si tanto prima la seguridad ciudadana con todo el tema del covid por la alta probabilidad de infección que, supuestamente, ocasiona, además de estar en los hospitales, deberían instalar los contenedores rojos en la calle. Seguramente se evitaría más de un susto. Digo.
Mi próximo relato será un recopilatorio, una galería de fotos con todas las mascarillas que encuentro a mi paso y que no están precisamente en ningún contenedor.