Podríamos decir que el año pasado no cuenta para mucha gente. Un año extraño, con muchas celebraciones aplazadas. 365 días que se pasaron sin más.
Semana Santa, Sant Jordi, el puente de mayo, las vacaciones de verano, la noche de difuntos, la nieve, celebrar las navidades, el brindis en el Montseny, para algunos y las uvas de la suerte, mas o menos en ese orden, están en mi cabeza amontonadas, allá, al fondo a la derecha.
Ya pasó semana santa y ahora toca otra vez, al menos en Catalunya, la Diada de Sant Jordi.
No estoy muy al día y no sé si se celebrará como en años anteriores. Paradas en la calle y puestos de flores, en las esquinas o vendedoras con cubos de plástico, con cuatro dedos de agua, repletos de rosas rojas, blancas o amarillas, caminando por la calle.
Hace una eternidad que no deambulo de parada en parada. Mirando aquí y allá. Hablando con uno o con otro.
Recuerdo oleadas de gente por el Paseo de Gracia, la Rambla de Catalunya o por las calles del barrio de Gracia o Sants, que se abrían paso entre esos caballetes de madera, una tabla encima y un montón de libros, ordenados por temáticas, las últimas novedades o esos ejemplares que no había manera de colocar.
Un pajarillo me ha dicho que el consistorio de Barcelona no quiere potenciar a los autores en catalán. Se ve que prefieren a los extranjeros para llamar la atención de no sé qué puñetas…
El covid sigue siendo un impedimento para la celebración, pero al menos no tendremos confinamiento domiciliario, como ocurrió el año pasado, cuando ese bicho entró en nuestras vidas como un elefante en una cacharrería. Ese que se llevó por delante a más de uno. Ese que, como dije el año pasado, no formaba parte del binomio.
Al menos, este viernes 23 de abril, hará sol.
Sería necesario abandonar el discurso bélico en el cual estamos viviendo y asumir las causas de la pandemia, junto con las sanitarias, abandonar por completo la agenda política, no se lo merecen.
Esto nos ayudaría a prepararnos positivamente, hemos pasado de vivir con ilusión a vivir sin entrar en la burbuja de los del Covid.
Buen Sant Jordi. Siempre positivo.
Hace sol y hay esperanza.