—No te olvides de la safánia.
—¿La qué?
Lucas caminaba en paralelo a un señor que estaba hablando por teléfono con alguien. La voz le sonó a mujer. Cuando lo sobrepasó en la plaza, le miró atentamente y unas sonrisas se dibujaron en sus rostros a la vez.
El hombre se echó a la frente la mano que le quedaba libre.
—Es colombiana. No sabe decirlo bien. No se entera de un pimiento.
—¡Ah!, vale. —Le respondió Lucas.
—Que no me olvide de la sanfaina, de la sanfaina, —le repitió. Se pronuncia S A N F A I N A
De una forma literal, muchas veces las traducciones no se pueden reproducir como uno quisiera y menos a otro idioma o cultura, aunque se trate del español.
Safania, según la colombiana, era sanfaina para el señor.
Julivierto o julibierto, dependiendo de lo purista que sea el que lo pronuncie en castellano, viene de una mala traducción del catalán. «Julivert» que significa perejil.
Malacatón, ya se ve perfectamente qué significa.
En cambio, con la chinegua es más difícil averiguar su origen, a no ser que te dé por chafardear, como yo, en internet.
Hace muchos años, coincidimos con unos canarios en un viaje «programado». Esa peculiar forma de hablar tan divertida, esa cantinela, a medio camino entre el argentino y el sevillano, me encanta.
Nos hablaron de las chineguas. Les preguntamos qué querían decir, qué palabra era esa. No la había escuchado nunca.
Explicaron que en el siglo anterior, las patatas venían en barco desde Gran Bretaña. En las cajas estaba escrito el texto THE KING EDWARD. O bien los habitantes de las islas entendían mal la frase, pronunciada por los ingleses o lo leían mal. La cuestión es que THE KING EDWARD se convirtió en el barbarismo KINEGUAS o CHINEGUAS, que es el nombre con que se refieren a las patatas o papas.
ELEPHANT & CASTLE, otro deterioro acústico-lingüístico del lenguaje. Creo recordar que esa plaza se encuentra en un barrio de Londres. Un amigo me comentó hace muchos años que es una mala interpretación de la frase INFANTA DE CASTILLA. No sé si es un fake o verdad, pero ahí lo dejo.
Diría que no se considera barbarismo el hecho de utilizar el nombre de un producto como si fuera el global del mismo. Me explicaré. Vas a una tienda y te compras unas «bambas». De hecho, nos referimos a un calzado deportivo, pero con el tiempo se ha instaurado la palabra que, en verdad, es una marca personal. Lo mismo ocurre con el papel de aluminio. La gente no va a comprar «papel de aluminio», va a comprar Albal, aunque compre otra marca.
Barbarismos o canjes de palabras está el mundo lleno. Mientras tengamos consciencia de ello, no hay problema alguno. El fallo aparece cuando alguien dice que eso se pronuncia asín y punto.
Asin me pasa a mi a menudo, pienso en castellano, me pasa por la mente una palabra en inglés y la suelto en catalán.
Compro los «caragoles» o escargots (eso es en francés… oh la la) y total eran galets el que volía dir… asín de fácil!
Po claro! E asin!