Quince inviernos

Quince inviernos son muchos para una carcasa de plástico de alta resistencia. Los expertos recomiendan cambiar el material cada dos años. Así que, o no he calculado bien o me quedé dormido en alguna parte de la parra con las botas puestas, para más torpeza.

Este próximo enero hará 15 que las adquirí en la boutique Everest, de Encamp en Andorra. Parece que fue ayer cuando me las miraba con esos ojos golosos que ponemos los amantes de la nieve. Merodeas por los alrededores como un animal que está a punto de caer sobre su presa. La comparación es un poco exagerada porque ni soy animal ni tampoco tenía presa, digo prisa.

Ha llegado el momento de hacer un pensamiento profundo o superficial, dependiendo de los gruesos de nieve que, por lo que estoy intuyendo, este año serán un poco deficitarios. Esperemos que no, aunque siempre podemos entregarnos en cuerpo y alma a los santos y a las vírgenes de las nieves, por ejemplo.

Este domingo pasado me llevé una sorpresa, de esas que te quedas con la boca abierta, no por ser grata, sino todo lo contrario. Durante más de cuarenta años hubo en la Avenida Gaudí, una tienda de deportes especializada en escalada, alpinismo, espeleología, esquí en todas sus facetas, submarinismo, etc. Paseando con la familia, nos dimos cuenta de su ausencia. Mi primer pensamiento fue que el dueño se habría jubilado. El segundo, si cabe más siniestro, era pensar en su muerte. Esperemos que no sea así y esté disfrutando de su mayor afición como un enano: la escalada. Aunque a sus ochenta y tantos dudo mucho que haga las mismas locuras que hacía de joven.

Volviendo al material que debería cambiarse cada X años, que no son diez sino equis, tenemos esas botas que para ponértelas has de contener la respiración de todo tu cuerpo, no por haber engordado. El botín externo es tan rígido que cuando metes tu piececito de princesa, crees que te lo va a seccionar de cuajo. Al final del día todo es más fácil, por suerte.

Los esquíes se quedaron sin canto. ¿Qué hacemos? Podemos contratar a un cuarteto de blues para que cante mientras bajas o se puede invertir un poco de pasta y hacer un pensamiento interesante. Veo que estás valorando la segunda opción. Me lo temía. Te conozco bacalao aunque vayas disfrazao.

Has enviado un par de preguntas a la plataforma donde compraste la última vez y dependiendo de lo que te digan, harás esto o aquello. Conociéndote, diría que harás esto. Aquello, ni te lo plantearás. Total, solo se vive una vez y se esquían dos.

Mientras no te responden, no picotees por ahí que te veo venir. Eres más impaciente que un paciente impaciente. Así que calma para el alma.

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