365, en el peor de los casos y 366 en el mejor, tenemos todos esos días para festejar cualquier evento que sea digno de celebración.
Hoy, 8 de marzo, tradicionalmente, es el Día internacional de la mujer. Yo, que soy hombre, me gustaría reivindicar que el día de la mujer debería ser todos los días. Es evidente que sin ellas, los y no digo las, los que se dedican a dictaminar, constituir, crear el «día internacional de…» no estarían aquí.
Me ha dicho un pajarito (en este caso pajarita) que sin el papel tan importante que ejerce una mujer en la vida, la mayoría de los pseudo intelectuales de pacotilla, no existirían.
Un nombre femenino para un grupo de descerebrados masculinos como fue la santa inquisición, que aparte de las bestialidades que hicieron, se llevaron por delante a un montón de «sanadoras» y no brujas. La envidia es demasiado poderosa… La santa sede, otro nombre femenino para un grupo de tipos con sotana y calzoncillos.
Hay tantas congregaciones de masculinos que llenaría muchos metros con información.
Creo que deberíamos tenerles mucho más respeto del que se les ha dado a lo largo de la historia y no reducirlo a un único día al año.
No me considero machista ni feminista, de izquierdas ni de derechas, blanco o negro. Me considero criatura humana que vive, respira e intenta no dar por el saco a nadie.
Los acontecimientos que se han producido, básicamente de la mano de un masculino, durante la historia humana, no creo que deban sacar pecho en lo que se refiere a buenas obras, costumbres y decisiones importantes. Si nos fijamos bien y ya puestos, incluso mal, las grandes cagadas de la humanidad, han sido perpetradas por humanos y no por humanas.
De haber sido mas mujeres las que, a lo largo de la historia, hubiesen gestionado las grandes hazañas, estoy casi seguro que no habríamos llegado a esta situación de desastre cultural, social y emocional.
Evidentemente hay de todo en el camino, mujeres malvadas como Cruella de vil y hombres buenos como papá Pitufo pero, a grandes rasgos, hay más malos que malas.
En fin. Espero que mañana y pasado y el otro y otro más, podamos celebrar el día internacional de la mujer sin caer en la tentación de que sean los masculinos y no las femeninas los que dictaminen cuando ha de ser el «día internacional» de lo que sea.