La vida está llena de pequeños momentos que nos iluminan el alma. Momentos con pequeños detalles que iluminan nuestro camino. Pequeños detalles que generan grandes momentos. Momentos de vida, de alegría y de risas.
Hacía mucho tiempo que no nos reuníamos los cuatro amigos. No compartíamos un aperitivo en directo desde quién sabe cuánto. Una velada en directo. Unas risas en directo.
Hemos extraviado por el camino tres cumpleaños, un fin de año y bastantes aperitivos. Pero no está todo perdido. Lo celebraremos de golpe. Pronto.
Los dos cumpleaños de diciembre, la tradicional subida al Montseny, el brindis con el Extraperlo, la cena de fin de año con las uvas de la suerte, el cumpleaños de enero y bastantes aperitivos que se quedaron en el tintero, se celebrarán lo antes posible. No sea que nos vuelvan a confinar y se nos acumule el trabajo.
No sé si tenéis la misma sensación que yo. Hacía un montón que no nos veíamos en persona y sin embargo, parecía que la última vez fue la semana pasada.
Un quinto integrante del grupo, ha aparecido al atardecer. Cuando más frío hacía, pero la espera ha valido la pena. Los cinco corazones se han llenado de alegría y de luz. Los cinco integrantes hemos compartido en un momento alegría, melancolía, ternura, calor, abrazos, achuchones, pequeños detalles en pequeños momentos que nos han iluminado el final del día.
Hoy ha sido un gran día con final feliz.