Me he despistado por cinco días. El 21 de agosto de 2020, escribí el micro relato 300 gr de olivas, en catalán. Este, forma parte del libro Relatant lo quotidià que se publicó el pasado 4 de julio, día de la Independencia de los EUA, a través de la Editorial Autografía.es.
En el blog en el que te encuentras, aparecen un sinfín de relatos, a cuál más estrambótico. Es mi momento de fuga, de evasión, para conectarme con mi yo interior y durante un rato, evadir.me de cualquier amenaza externa (mosquitos, el timbre de la puerta o tu prima, que se ha quedado sin sal y necesita, por lo que intuyes en la conversación, plantar un salar detrás de su cocina, en el terreno que está entre el puente y la cochera).
Hoy, vuelve a ser viernes. He llegado justo a la parada ambulante que ponen delante del parque, pero me ha dado tiempo para comprar 300 gr de olivas. Debo tener la medida grabada en la cabeza porque no me desvío ni 69 gr. Le digo al tendero: —300 gr d’olivas, sisplau? —¿De las que pican y las otras? Le digo que sí. Me pregunta si quiero un poco de caldo y le respondo: afirmativo. —¿Vols una bossa de plàstic? —No gracias. Le respondo. —Generamos demasiado plástico en este mundo.
Llego a casa, acalorado. Hoy aprieta de lo lindo. Lo primero y más importante es meter en el congelador una lata de cerveza. Un poco de gim, ducha y a preparar el aperitivo. Hoy es viernes y, por lo tanto, toca.
Una vez bien limpio y bien seco, rescato de la nevera los 300 gr de olivas y la cerveza del congelador. En ese orden. Me voy a la mesa y mientras saboreo la cerveza bien fría, voy cogiendo al azar una oliva u otra, sin pensarlo demasiado. Todas irán desfilando hacia el gaznate. Un poco de lectura y en unos minutos, la comida. Un buen plato de ensalada con maíz y otra cerveza. De postre, melón.
No sé si el próximo viernes también compraré olivas. De momento, estamos vivos este. Pensar a siete días vista, en tal o cual cosa, ocupa mucho espacio en el cerebro y con la calda que hace, no estamos para producir más energía de la necesaria.
Son un vicio, pero relajan un montón. Mientras lees un libro prestado, vas pillando de la bolsa esta o aquella oliva, acompañadas de un sorbo de cerveza.
Si son negras de Aragón te parecerás al tío Mariano. Entre 300 gr y medio Kg. Calorías a tope!
Son un vicio