Anotaciones:
Arte – Música – Pensamiento – Esencia
«Amar es detenerte a pensar en los demás».
«No se trata de esperar, se trata de ofrecer».
«Escribir es una forma de dibujar la soledad».
—¡Acuérdate de que hemos quedado en Calella a las siete de la tarde!
—¿Vamos en tren? Así no tendremos que buscar aparcamiento.
—Vale. Me parece bien.
—Te recojo a las seis y veinticinco.
No podíamos saber que el tren vendría con retraso. De todas maneras, tampoco es de extrañar. Con la Renfe todo es posible. Un retraso con más de treinta minutos nos hizo decidir por ir a buscar el coche de Ángela. Después, en la reunión de amigos, nos enteramos que se debió a un terrible accidente.
—Hola, ¿la reunión es aquí?
—No. Es la puerta de la derecha, al fondo. Ya os encontraréis con el grupo.
Por suerte, llegamos a tiempo. No nos gusta llegar tarde a los sitios.
El bullicio que provenía de la entrada, probablemente de gente ajena al evento, empezó a sacarme de quicio, pero tampoco podía levantarme y cortarles la cabeza. Todo el mundo tiene derecho a dar por el saco, aunque me pese.
La hermana de Santiago fue la encargada de hacer las presentaciones, de explicar en qué consistiría el evento. Tiene una voz muy agradable, dulce y por lo que me pareció, no le detecté ningún atisbo de vergüenza.
Habría música en directo. Me encanta la música frente a frente. Entre los músicos y nosotros no habría más de tres metros. Violín, guitarra eléctrica y por la derecha, la potente voz femenina de una rubia con aspecto germánico.
Es curiosa la mezcolanza tan diversa que se respiraba en el Canapé.
Explicaciones de lo cantado. Más música en vivo. Lectura de poemas de rima libre, de ensayo impresionante escrito por Santiago e interpretada por una voz de quitarse el sombrero, de preguntas extraídas al azar por una mano conocida, de relevo del porquémetro, de respuestas de grupo, de pensamientos afines, de planteamientos interesantes que flotaban en un ambiente agradable, cercano, amable.
Música de fondo que, en el fondo, se situaba en primera línea y la merienda en segundo lugar. Aparición divina, justo en el momento más álgido de la solista. Unas manos expertas regularon el equilibrio entre el violín y la música de acompañamiento.
Algunos humanos se levantaron antes de tiempo. Tendrían otros compromisos. Se acercaba la hora. Pase de cuestionario para valorar el encuentro. Respuestas sinceras.
Ángela y yo compramos un ejemplar de poemas a la poeta. Una fotografía para el recuerdo cerró una tarde mágica con humanos mágicos.
Nos vemos en breve. Gracias.