Necesitamos vacaciones

Se está acabando el año.

Quedan dos meses y medio que pasarán a toda velocidad.

Ya están a la vuelta de la esquina las grandes comilonas, los turrones, el bicarbonato para la digestión, los «pesaos» de los cuñados en las sobremesas, con tres o cuatro copas de más. Esas laaargas tertulias que parece que no se acaben nunca.

Frases como: «os quedaréis a cenar, ¿no?» o «¿quién quiere más sopa?» son típicas en esas fechas. Y, por supuesto, no nos olvidemos de las obligadas mandarinas.

No estoy en contra de las fiestas si es lo que estás pensando, pero cada vez me dan más pereza.

Antes de que se acabe el año espero disfrutar de nuestras fantásticas vacaciones. Aun nos quedan dos semanas. Ya sé que es poco, pero menos da una piedra.

Ya gastamos dos semanas este invierno pasado. De todas formas, necesitamos desconectar, aunque no sea muy diferente a lo de siempre.

Quince días son dos semanas, aquí y en Pernambuco (Brasil). Si un domingo cualquiera lo estiramos como una goma elástica, imagínate quince días. No quiero ni pensarlo.

Evidentemente, no puedo comparar mi trabajo con el de Lucas. Ya sabes que trabaja de noche. ¿Cansado? La verdad es que sí, pero se le pasa pronto. Un poco de siesta por la tarde y queda como nuevo.

Tal vez cuatro años en horario nocturno no son suficientes para aclimatar al cuerpo con las horas normales de sueño. Tiene los biorritmos cambiados.

Los míos, por suerte, funcionan como un reloj suizo, pero Lucas y yo, necesitamos días de descanso. Salir a dar una vuelta sin tener que mirar la hora cada dos por tres. Ir aquí o allá mientras nos tocamos la pera. Si nos apetece bajar a la gran ciudad, en tren, y patearnos dos o tres barrios simplemente por el hecho de caminar, o entrar en un cine y ver cualquier peli o tal vez quedarnos en casa y leer un rato. La cuestión es romper un poco la rutina. Dejar de mirar cerca para mirar lejos.

No tenemos planes establecidos. Todo se hace sobre la marcha. Si llueve, paraguas. Si hace sol, la gorra con visera. Para qué preocuparse por otras cosas si, en el fondo, no podemos controlar los acontecimientos.

Si todo va según lo previsto, el 30 de octubre será nuestro primer día de descanso. Después, día a día, ya iremos viendo. Hasta entonces solo queda esperar.

1 comentario en “Necesitamos vacaciones”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio