Mudanzas

Esta pasada navidad, Adri le regaló a Lucas una plantita roja que estaba metida en un tiesto formato Tiny House; esas casas tan enanas que para abrir la tapa del váter, primero has de contener la respiración como tres minutos. De todas formas, si Lucas tuviera la posibilidad de comprarse una Tiny, lo haría con los ojos cerrados. Menos superficie que limpiar es igual a la ley del mínimo esfuerzo doméstico.

Desde diciembre, no ha pasado ni un solo día en que Lucas no le diga cosas bonitas a la planta. Es, como dice él, otra responsabilidad viva de la que hacerse cargo. Lo mismo que hace con sus dos gatos, se ha propuesto cuidar y mimar a Petra, la planta roja de Navidad. Ya que no lo hace con los humanos, al menos se desvive por sus «hijos» de pelos y hojas.

Hasta esta mañana, Petra, vivía en una habitación alquilada de cuatro centímetros de diámetro por cinco de alto. No tenía espacio para dejar los cuatro libros que tenía pensado leer, porque no le cabía, tampoco, una mesilla y tal vez una mini radio. Así podría mantenerse al día de los acontecimientos que tienen lugar en el mundo. Pero su casita era tan pequeña que ni siquiera se podía peinar con tranquilidad.

Eva, que es muy entendida en plantas, aconsejó a Lucas que era de vital importancia buscarle un apartamento más grande. —Si no la cambias de lugar, es posible que no dure ni dos telediarios. —Le comentó ayer mientras se la miraban con detenimiento. —¿No ves que si no la trasplantas, no tendrá sitio ni para salir a mirar por la ventana? —Le decía simpáticamente.

Esta mañana, después de meterse un desayuno «de cullera», los dos hermanos han bajado al pueblo para comprar, en el bazar chino, una maceta un poco más grande. —Doce centímetros de diámetro, supongo que le irán bien, ¿no crees? —Ah, y no te olvides de coger un saco de abono.

Tenían otras compras que hacer por el pueblo y después han subido a casa de Lucas para preparar la mudanza. Mientras Eva estaba en la cocina haciendo los preparativos, Lucas le ha susurrado a Petra que le había localizado un apartamento más grande que la ridícula habitación en la que estaba instalada.

—Por lo menos, podrás poner una mesilla con tus cuatro libros. —Le comentaba discretamente.

Eva, desde la cocina, llamó a Lucas para que trajera a Petra. Así, entre cuatro manos, sería más fácil seguir el protocolo.

—Un poco más de tierra. —Espera, que la presiono. —Vale, ahora ya va quedando mejor. —Un poco más y estará casi lista. —Recuerda, sobre todo, que no la has de ahogar. —Ponle agua, pero no hace falta que la inundes. —Conque la riegues una vez a la semana tiene más que suficiente.

Lucas no está muy seguro, pero me ha insinuado que la planta luce mucho más en su nueva casita. Desde aquí, la estoy viendo y tengo la impresión de que hace muy buena cara. A ver cuánto dura. Espero que mucho porque Lucas se ha acostumbrado a ese rojo que da un toque muy interesante en la sala.

Mudanzas

Un comentario en «Mudanzas»

  1. Petra seguro que está más cómoda… Me recuerda a mi Petra que pululaba por la consulta e iba de aquí para allá buscando qué comer. Cuando yo llegaba siempre la saludaba «hola, Petra».
    No sé dónde estará ahora, igual se ha ido al apartamento más grande con tu Petra.

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