El verano es la mejor estación para tomarse una cerveza bien fría. Acompañada de unas olivas, berberechos, chips o cualquier alimento, no tiene desperdicio.
Humanos cercanos a mí, se la toman en cualquier época del año. No hace falta celebrar nada especial. No es preciso que se conmemore alguna fiesta. Te la bebes, la disfrutas y punto.
No se trata solo de beber. El placer que supone ingerir ese brebaje, que ya se tomaba en Mesopotamia, en el año 4.000 a. C., se considera un ritual que va más allá de los sentidos.
Evidentemente, todo esto se cumplirá si te gusta la cerveza. Si no es tu caso, esta intro te la puedes saltar,
pero…
Mientras te tomas una cerveza, siguen en activo unas cuantas guerras que, por lo visto, no tienen un final cercano.
Mientras te tomas una cerveza, hombres desalmados siguen matando a sus exparejas e incluso a sus hijos.
Mientras te tomas una cerveza, siguen activos un centenar de incendios forestales, en cualquier parte del planeta.
Mientras te tomas una cerveza, más desalmados deforestan la selva amazónica arrasando todo lo que encuentran a su paso.
Mientras te tomas una cerveza, mascotas encadenadas esperan con temor un final terrible porque sus dueños no saben en qué consiste el amor incondicional por un animal que es todo corazón.
Mientras te tomas una cerveza, no paran de ejecutarse desahucios a nuestro alrededor. Banqueros, políticos y usureros, perpetran actos terribles contra familias que lo han perdido todo y que no tuvieron la oportunidad de salir adelante.
Mientras te tomas una cerveza, decides no pensar en situaciones que duelen, que atormentan, en las injusticias, en la maldad, etc.
Tal vez el refrán «ojos que no ven…» sea el más idóneo para estos pensamientos, pero también es cierto que no podemos luchar contra estas adversidades. Así que disfrutemos de una cerveza mientras se pueda.
No se sabe qué pasará a nuestro alrededor, pero es bueno, diría que saludable para ser un poco más «humanos», que no perdamos de vista que, mientras te tomas una cerveza, hay muchísima gente que no puede hacerlo.
No pretendo que te sientas culpable por el disfrute. No es mi intención que soportes el peso de los pensamientos negativos, pero creo que no tienes derecho a quejarte porque se te ha roto una uña, porque tu coche se ha quedado obsoleto, porque tu vecino tiene tres TV en casa y tu solo una, etc.
Parece una incongruencia este escrito, pero no es así. Mientras tú te tomas una cerveza, otros no tienen ni para cordones de zapatos, pero si nuestros pensamientos se unieran desde la parte positiva, tal vez cambie la energía del planeta, tal vez se empodere.
Me gustaría que algún día podamos brindar con cerveza, -al que le guste-, por un mundo mejor.
Molta raó tens, però, què podem fem els de «a peu» a part d’adoptar un animal abandonat? Els països estan podrits, els que ens manen, corruptes, no hi ha consciència social, aquestes dues paraules les hi escolto molt sovint últimament… Jo veig tot això i no puc celebrar res perquè no hi ha res a celebrar. Podria continuar… ho deixo aquí.
Moltes felicitats pels teus relats.