Muñecas rusas

Necesitas más tierra para los gatos. La última vez la compraste en Zooplus.

Seis paquetes.

¡Ostras, necesito pienso, también! Compraré dos sacos.

El viernes llegaba a casa un mensajero con una caja de grandes dimensiones.

¿Se habrá equivocado el tipo? Parece que dentro haya una lavadora.

No.

Todo correcto. Seis paquetes de tierra con sílice y dos sacos de pienso.

Pienso que tengo para días.

Es posible que te ronde por la cabeza qué voy a hacer con la caja. Muy buena observación.

Nada.

Esperar.

¿Esperar a qué?

A que sea jueves, lo primero. Ese día recogen el cartón.

Lo segundo, a desembalar las otras dos cajas que tengo en la habitación que uso como trastero.

Cuando llegue al número mágico meteré una caja dentro de la otra y así hasta completar siete. Igualito que las Matrioskas, esas muñecas rusas que van una dentro de la otra.

Táchame de rarito. Vale. Lo soy, pero no mucho. A veces, agarro una caja, la troceo y la llevo al contenedor de cartón.

Todo depende del día, del momento, de las ganas, del espacio restante, etc.

Ya van cuatro. Solo faltan tres.

Tendremos que esperar.

Estoy pensando a ver qué me falta. ¡Ah, sí! La semana que viene vamos de compras. ¡Qué casualidad! Me faltan tres cosas.

 

1 comentario en “Muñecas rusas”

  1. Montserrat Aluart

    Referente a las cajas de cartón si tienes gatos, hablo por mi experiencia, es su juguete favorito. Recuerdo ponerlas boca abajo con una abertura para poder entrar a modo de casita.
    A los gatos les encanta meterse en lugares estrechos. Debe ser un reto para ellos.
    En mi caso como tenía dos, la diversión estaba servida.
    Quien entraba primero a modo de ocupa, era el poseedor de la caja; el otro tenía el trabajo, mediante juegos, de hacerle salir y ocupar su lugar. La diversión estaba asegurada.

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