Masticar bien

Este post no va dirigido a esos humanos que tienen una piñata casi perfecta. Qué suertudos son. Pueden con toda clase de alimentos sin tan siquiera despeinarse.

Los hay que prefieren el pescado a la carne, la carne al pescado, los vegetarianos y todos sus derivados, los que únicamente comen pan con «algo» o sin «algo», los ingeridores de pastas de todo tipo, etc.

Disponer de toda la dentadura debe ser una maravilla. Conservarla casi intacta es el privilegio de los elegidos. No nos olvidemos de que está para utilizarla con algo que llevarse a la boca, claro.

¿Qué pasa cuando no es así?

En condiciones normales, un humano dispone de treinta y dos dientes, distribuidos de la siguiente manera: 8 incisivos, 4 caninos, 8 premolares y 12 molares (lo que incluye 4 muelas del juicio).

Se considera una dentadura perfecta aquella en la que las piezas permanecen derechas, ninguna está montada sobre otra y no hay espacio entre ellas.

Los caninos inferiores que están entre tres y cuatro milímetros por delante de los superiores predicen que el resto de los dientes encajan bien.

¿Cuándo no es así?

¡¡¡Bufff!!! Buena pregunta.

Si te quedan restos de «paluegos» entre las piezas, se supone que están colocadas muy «malamente».

Ya sea por herencia familiar, por una mala alimentación, drogas, bruxismo y otras hierbas, hay un montón de humanos que tienen, en la cueva de la lengua, una mierda de dentadura.

No hablo de los que se pelean en la calle y por un puñetazo en los morros, les salta la piñata. A estos, que les den mucho por el… Con lo difícil que es tener una dentadura estupenda, algunos juegan con fuego y les importa un bledo su estado final.

Hay humanos con problemas en las encías. Parece ser que se retraen con la edad o por problemas importantes de salud.

También hemos de acordarnos de los que no saben qué es un cepillo de dientes y mucho menos la pasta dentífrica, el bicarbonato o un simple colutorio.

Otros, como unos que conozco, parece que silben una canción sin hacerlo aposta. Tienen un diente aquí, otro un poco más allá y ya no te hablo de las muelas. Parece como si se hubiesen puesto de acuerdo para hacer mudanzas, para irse de viaje con el «IMSERSO de los dientes».

Lucas dispone, desde este pasado martes, de unos implantes. Tres muelas en una sola pieza.

Las ha comparado con unos okupas que se filtraron en su cueva, dando por el saco durante unos cuantos días.

Su médico dentista le comunicó que dentro de poco lo tendrá tan asimilado que no se dará cuenta de que una vez tuvo un aparcamiento de autobuses de línea en su boca.

De momento, procura no morderse la lengua porque, con esta, ya lleva una docena de veces. La pobre está maltrecha y dolorida.

Ha de reprogramar la mordida y recordar que donde estuvo la fosa de las Marianas hay, ahora, un muro infranqueable que le sirve para triturar todo aquello que se meta en la boca.

Eso sí, de momento se despeina, pero su intención a corto plazo es morder como si no hubiera un mañana.

1 comentario en “Masticar bien”

  1. Aurora Anguera

    No me imagino ningún problema bucal ya que he tenido y tengo la inmensa suerte de no haber tenido ningún problema y tener una boca super sana. ¿Suertuda o genes?

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