Lector cero

Según lo que he encontrado en internet, un lector cero podría definirse como un inspector de fallos o cagadas importantes o un crítico culinario. Se lee los manuscritos que una persona escribiente pretende publicar. Se encarga de valorar si lo que se está leyendo o ha leído es una auténtica basura o pasa los filtros para que al pseudo no le corten la cabeza. A más de uno se le podrían cortar los dedos, pero no soy quien para hacer este tipo de comentario tan gore, ya que podría ser el próximo candidato al corte de cabeza o dedos.

Después de algunos meses de haber escrito la trama, viene la fase de:

  • Esto, para qué puñetas lo he escrito. ¿De dónde sale?
  • A santo de qué, a este personaje le han crecido unos enanos.
  • Por dios, he repetido cinco veces la misma palabra… Y ahora, ¿cuál elimino?
  • Es imposible que esta madre sea más joven que su hija, que aparece tres páginas más adelante.
  • etc…

Es el momento de revisar los párrafos para que no aparezca, de repeente, en una palabra, dos e seguidas o tal vez, un fallo tan gordo como hermitaño, con hache. No será la primera vez que te lees ese texto y lo has pasado por alto. En esta situación lo mejor es bajar a dar una vuelta. Salir de tu círculo más pequeño para trasladarte a unos quince mil kilómetros. Cuando vuelvas, seguro que encuhentras más de una palavra mal eskrita.

Si estás escribiendo una novela de cualquier género, no puedes dar nada por sentado. Tienes la obligación de describir por qué pasa esto y comentar de dónde ha salido tal tipo y no quedarte tan fresco, ahí en tu butaca de pensador gusticiero. Sí. Sí. Lo has leído bien: gusticiero.

Hoy, día de todos los santos, le he enviado a mi lector cero, deberes para unos cuantos días. Me ha prometido que será todo lo justo que pueda. Ya le dije que podía ir a saco. Que si era una auténtica mierda, me lo dijese sin rodeos. Y, al contrario, si es una pasada, también. Así tendré tiempo de desmayarme o no.

El libro contendrá ilustraciones. En este momento, son fotos que mi ilustradora deberá trasladar al grafito. Blanco y negro para dar más énfasis. Eso sí. Un punto de color nunca sobra. ¿Qué irá en color? Únicamente los ojos. ¿Por qué? Porque me apetecía darle ese punto. En el título pone «6 miradas en el tiempo». ¿Miradas? ¿Ojos, tal vez? Has acertado de pleno. Entre todos los ojos que salen en la novela, se podría crear una fundación. ¿Por qué los ojos en color? Y por qué no. Total, el que la ha escrito se puede permitir el lujo de hacer lo que le plazca.

Tendremos que esperar unos días a que se pronuncie mi lector cero. Evidentemente, tiene un nombre. Se llama Brian y no es el protagonista de la película La vida de él mismo. Nada criticable, por cierto.

Lector cero

Un comentario en «Lector cero»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll hacia arriba