La última bajada

A no ser que cambie el clima radicalmente, al trío de cuñados se les ha acabado la temporada. El invierno no le ha hecho el relevo a la primavera y, sin embargo, esta ha entrado ya por la puerta grande. Hoy domingo, el termómetro marcaba veintitrés grados al sol.

Siguiendo esta pauta, ¿qué sucederá en verano? Está a la vuelta de la esquina y los pronósticos no son nada esperanzadores. Creo que el próximo verano lo pasaremos bastante mal. Esos en los que la falta de agua, las altas temperaturas y por supuesto, los famosos mosquitos, no dejarán títere con cabeza.

El jueves, como los anteriores, los tres cuñados subieron a la nieve. En cuanto se calzaron las botas tuvieron la necesidad de pisar la nieve. Así saben qué día les espera. Estaba muy húmeda y de pescadería, como la bautizó el equipo. ¡Esto se acaba!, comentó Dracir.

El miércoles estuvo lloviendo. La estación se parecía más a Isla Fantasía que a una estación alpina. Aunque la niebla es una gran enemiga de la nieve, la lluvia lo es mucho más. Convierte el polvo blanco en una máquina de romper piernas. Cuando menos te lo esperas, la nieve mojada te frena de golpe con la más que probable caída hacia cualquier lado, con tan mala suerte de encontrarte en la trayectoria con una piedra, un pino o un humano que fuese a menos velocidad que tú.

Suerte que Dracir, Divad y Reivaj son muy prudentes y decidieron dejarlo correr poco antes de la una de la tarde. Una retirada a tiempo supone preservar intactas las articulaciones y los huesos. Y más a su edad.

Según su modesta opinión, creen que se acabó la temporada, a no ser que ocurra un milagro de esos que solo ocurren en las películas. Que cambie el clima y nieve una semana entera. De no ser así, se dieron por satisfechos una temporada más en la que, aparte de alguna que otra hostia, no se rompieron nada.

En pocos días toca mantenimiento del material. Encerado de las suelas, lubricación de las fijaciones, comprobar los ganchos de las botas y hacer más de una colada para dejar el material listo para la próxima temporada que, si no pasa nada extraño, se inaugurará a finales de noviembre.

Como si se tratara del preso que, en su calendario, va tachando los días que permanece encerrado, Dracir, Divad y Reivaj, asirán su rotulador fosforito y tacharán los días que faltan para la próxima subida a la nieve.

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