- Paracetamol de 650 mg
- Ibuprofeno de 600 mg
- Metamizol
- Nolotil
- Crema anti-quemazos
- Anti-diarrea
- Guantes de goma
- kit para hacer torniquetes
- Jeringuillas, gasas y material antiestático
- Vendajes, apósitos
Tranquilizantes no me los han vendido porque no llevaba receta médica. Pensaba que para una ocasión como esta, se saltarían la norma, pero no ha sido así.
Uno hace lo que puede.
En mi familia, nos sentimos un poco partícipes en la minúscula ayuda que podemos ofrecer. Igual que otras personas con las que he coincidido a la entrada del Ruby’s Bar de Sant Pol, que también han querido aportar su granito de arena a la causa.
Creo que la suma de pequeños gestos, que salen desde el corazón, generan mucha energía positiva que, en estos momentos, es lo único que podemos ofrecer desde esta población del Maresme.
Lástima que sangre no podemos donar, pero ya nos gustaría.
Este tipo de gestos solidarios (como pasa con la Marató de TV3) debería inculcarse en las escuelas. No solo enfocadas en ayudas puntuales como esta maldita guerra sin sentido, sino par cubrir las necesidades básicas de otros seres humanos con peor suerte que la nuestra.
La suma de pequeñas cosas hace grandes cosas.
Me considero, de momento, un privilegiado. Nos enteramos de estas malas noticias a través de los medios, aunque no me fio gaire de la información, ya que, sabemos perfectamente, que la adulteran, pero es lo que hay.
Ucrania, Yemen, Birmania, Siria, Etiopía, Sudán, Somalia, bufff, casi es mejor que lo consultes aquí. Hay demasiadas mierdas activas.
No aprenderemos. Ya lo comenté en este post. El ser humano va para atrás… No hay remedio.
No vale la pena seguir escribiendo sobre una historia que se repite continuamente. Pero es necesario tenerlo presente.
Nunca se sabe.
De todas formas, muchas gracias a Olga, Victoria y Oleh.