Besos de mascarilla o con mascarilla. En la mascarilla o a través de ella. La cuestión es besar sin utilizar los labios. Una forma de expresión que hasta no hace mucho era de las cosas más delicadas en las relaciones humanas, se ha convertido en una sensación extraña medio robotizada que llega a rozar la frialdad más cruel.
Si no formas parte del conjunto familiar, amoroso, de la amistad más profunda o de alguna hermandad, un beso se ha convertido en algo secundario, diría que peligroso y prohibido; en algo que, en esta nueva etapa de vida que nos está empezando a irritar a todos, convertirá al beso en una anécdota para recordar.
No hace mucho vi una película futurista en la que estaba prohibido, bajo pena de muerte, los tocamientos amorosos. Las personas no podían ni siquiera rozarse. Un poco como está pasando ahora mismo en nuestra sociedad del covid.
Me viene al pelo la famosa frase: a veces la realidad supera la ficción, en este caso lo veo así. Si te rozas te miran mal. Si besas, te miran peor. Los abrazos se han convertido en los protagonistas del momento. Eso sí, si formas parte de ese núcleo cercano. Si no, te vas a comer una m…