En una sociedad «cada vez más inteligente» deberíamos tener en cuenta que todos somos iguales frente a los retos que nos ofrece la vida y lo pongo entre antilambda o diple porque no estoy muy seguro de que vayamos hacia adelante; creo más bien que vamos para atrás como los cangrejos. Pues como decía, supuestamente, se está luchando para que tengan las mismas oportunidades hombres y mujeres; que no existan esas diferencias absurdas de poder, liderazgo, sueldos, oportunidades, vestimenta en cuanto a religión (esto es complejo, así que pasaré de puntillas), en política, frente a la dirección de una empresa, los rangos militares, según qué deportes, etc.
Este fin de semana se celebra en Calella de la Costa, en el Maresme, la prueba de Ironman. Cuando he pasado por delante de las instalaciones que han acondicionado en la playa grande, he tenido una de esas iluminaciones que me vienen de vez en cuando. Después de comprobar que estaba entrenando un número bastante equilibrado, en porcentaje, de hombres y mujeres, me he alegrado por ello, pero a la vez, en mi mente ha aparecido un emoticono de tristeza al leer el nombre de la prueba: Ironman. Ya sé que siempre se ha dicho así, pero, ¿no sería hora de cambiar el nombre?
Si está abierto a todo el mundo, ¿por qué no utilizan un título más universal como IronHuman? Así englobaría a todos y todas, ¿no? Ya que hace tiempo que están dando el coñazo o pollazo con la inclusión del demonio o de la demonia, creo que sería un buen momento para replantearse el nombre. Digo yo.
Queda muy cool el título de la prueba. Y lo digo con conocimiento de causa. Hay palabras que, en otro idioma, quedan mejor que otras. Es verdad que estamos saturados de palabras anglosajonas porque mola más, porque suenan mejor. ¡Qué sé yo! La prueba en castellano, para no herir sensibilidades al no traducirlo a otros idiomas, sonaría rarito. Hombredeacero, si lo escribimos como ellos, todo junto. Bien escrito, separado, también suena raro de cagar: hombre de acero. Y ¿qué pasa con la mujer de acero? También se presenta a las pruebas y, realmente, una mujer embutida en un traje de neopreno, me gusta mucho más que un hombre reapretujado dentro de un traje de goma. Es cierto que lo digo y observo desde una postura hetero. Si fuese homo, es evidente que las nenas en neopreno se las miraría Rita, pero este no es el motivo de mi pensamiento del emoticono de tristeza. Es otro diferente. Lucho por la inclusión, pero sin flipar como hacen algunos humanos.
Insisto otra vez, ¿cuándo llegará la hora en que cambien de nombre esas pruebas que parecen estar hechas solo para los machotes? Acordaros de ellas. Yo, siempre lo hago. ¿No os mola más el título de Humanos de acero, o utilizando el inglés, Ironhuman?
Estoy de acuerdo en que ya va siendo hora de cambiar de nombre. Yo también me he alegrado hoy al ver mujeres y hombres entregados a cumplir su reto de participar en la Ironhuman. Emocionante espectáculo!