¿Qué le pasa al ser humano? ¿Se ha vuelto insensible o lo ha sido siempre?
Cuanto más mayores nos hacemos, vamos perdiendo esa empatía por el prójimo o, al menos, es lo que yo pienso.
Estamos rodeados de guerras, guerrillas, escaramuzas y otras actividades sanguinarias que se desarrollan en cualquier parte del mundo. Nos lo comunican por los medios habituales y en dos o tres días a lo sumo, ya lo hemos olvidado o quizás tenemos la capacidad de integrarlo y diluirlo en nuestro quehacer diario.
¿Qué está pasando? ¿Me he perdido algún episodio de la vida en la Tierra o es que, simplemente, no comparto la forma en la que se desarrollan los acontecimientos?
No tengo ni la más remota idea de por qué ni a santo de qué va todo como va.
Es probable que me repita, que lo haya dicho en más de una ocasión. ¿Y qué? No podemos olvidar que las escaramuzas están a la vuelta de la esquina. En cualquier momento pueden entrar por la puerta de atrás de tu casa sin ser invitados. De hecho, se invitan ellos mismos a la fiesta, sin contar con nuestra aprobación.
Anoto algunas guerras que están en marcha para que no se olviden.
- Ucrania
- Armenia y Azerbaiján
- Irán
- Yemen
- Etiopía
- República Democrática del Congo y Grandes Lagos
- Sahel
- Haití
- Pakistán
- Taiwan
- y ahora (es una forma de hablar porque llevan así ni se sabe…) Israel y Palestina
¿Quién o qué las alimenta? Los grandes lobbies de las empresas de armamento han de gastar el excedente actual porque se les acumula en los almacenes. No les vaya a pasar a los pobrecicos que caduque la pólvora (según indica al dorso) como ocurre con la leche o los yogures.
Ya lo anoté en un anterior post; ¿no sería maravilloso vivir en paz, en armonía, en una sociedad «civilizada»? Diría que este pensamiento personal es compartido por muchísimos humanos, pero hay otros que prefieren enriquecerse a costa del dolor. A ellos qué más les da. No se presentarán voluntarios a la matanza. Tienen cosas más importantes que hacer. Anoto aquí algunos ejemplos de su apretada agenda.
- Los lunes, discutir con el viejo de turno del país vecino, que tiene mucho más petróleo que el suyo y que lo quiere a toda costa. Quien dice petróleo, dice otra cosa (trigo, reservas naturales inagotables de agua, diamantes, coltán, hidrógeno, grandes pastos, zonas estratégicas, etc.).
- Los martes, pádel, sauna y comida con ese viejo de turno que, aunque sean enemigos, una vez fueron colegas y las tradiciones no se han de perder.
- Los miércoles se reúne el viejo de turno con su homónimo, para preparar otra escaramuza en aquel país que hasta ahora estaba la mar de feliz, pero como han descubierto que tienen unas minas de diamantes hasta ahora enterradas por la lava de un volcán, quieren hacerse con ellas aunque tengan que inventarse una guerra.
- El jueves hay paella. Ese día se reúnen todos los altos cargos de los países fabricantes de armas, para comerse una paella, pero solo pa ellos. Los demás no están invitados.
- Ya que se acerca el fin de semana, el viernes se reúnen los cuatro viejos de turno que se odian a muerte, para dar por culo el sábado y domingo a todos aquellos muchachos que no se odian y que han tenido la mala suerte de estar en edad de pegar tiros.
Cabe la posibilidad de que se me haya ido un poco la perola con el guion de esta lista, pero no creo que me haya desviado demasiado de la realidad.
Tú, querid@ lector/a hayas pensado que no tengo remedio. Seguramente no, pero que sepas que últimamente me he vuelto muy sensible a la gente insensible.
Sin embargo, aquellos «insensibles» han adoctrinado y enseñado a la sociedad a buscar y señalar la insensibilidad fuera de sí mismos, como si eso ayudara mucho…, más bien suele funcionar como un paleativo ilusorio de que se es realmente «sensible» quien profesa tal practica condenatoria. Las abuelas decían que «una sóla golondrina no hace verano» y aunque pareciera que no son muy significativas las decisiones individuales, es más provechoso dar un giro de 180° al telescopio subjetivo del autojucio y mirar hacia adentro, pues las grandes guerras, perdidas de tiempo, oportunidades, conquistas y glorias se pueden alcanzar o desvanecer en cada momento en que se decide cambiar en vez de juzgar. A la final, todos juzgan ¿no? Pero, ¿eso generará acaso un cambio significativo para ti?
Sigue siendo sensible a la locura humana!
De por sí, desde el principio de los tiempos, las ansias de poder, la avaricia y la «deshumanización» son in..ne..ren..tes en el de dos patas. Para quienes nos gusta la historia, vemos que sin grandes potencias armamentísticas, sin internet, sin medios de comunicación… ya se aporreaban unos a otros, por lo que «SOMOS DESTRUCTORES», mal nos pese a algunos.
Los sensibles que quedamos no nos dejamos ver, estamos encerrados en casa la mayoría de veces. Creo que la gente hace muchas cosas para llenar su vida y no cuestionarse lo que pasa y el por qué. Es para no pararse a pensar. Se evaden. ¡De qué me suena! No es droga, es una agenda llenísima. En fin, más filosofía clásica siempre vigente a pesar de las épocas.
Me encantan tus relatos amigo mío