http vs https

S de «secure», de «solera», de «sí, si, que te crees tú eso» o simplemente de «ya si eso es que ni te acepto».

Esta primera frase se la dedico a Adsense de Google.

Hoy en día, si tu web no es «https», te pueden escupir a la cara por blasfemo, tramposo y otras hierbas. Podrías acabar en la hoguera de los impresentables HTTP.

Llevo metido en una escuela de esas que «te venden» cómo cambiar tu vida haciendo esto, de esta forma y siguiendo estos pasos y no otros y lo único que he visto es que me ha cambiado la cuenta bancaria.

Suerte que no hace mucho decidí que si no salía, no mataría a nadie, porque es para matar a alguien, seguro.

La escuela en cuestión, ya mencionada en otro post, es la armada digital. Te lo venden tan bien que ya te ves ingresando cada mes una pasta.

Como no sea la pasta de sopa, otra no he visto por las cercanías de mis posesiones.

Ya me gustaría armarla a mí, pero parece ser que este tipo de estudios no son para todo el mundo por igual.

Lo mismo pasó con la escuela nómada digital, en la que te enseñan, de una forma sibilina, cómo soplarte cuatro mil euros sin que te enteres, delante de tus morros y encima, dándoles permiso.

Volvamos a la armada.

Me apunté en diciembre del 2020 con la intención de generar unos ingresos pasivos que me permitieran pagar discretamente, los gastos fijos que tiene cualquier hijo de vecino sin muchas pretensiones.

Si me lo permitís, os diré que: y una mierda como el sombrero un picaor…

Empecé un proyecto que prometía, pero al señor Google, de apodo Adsense, no le gustaron para nada mis intenciones y me arrinconó al final de la clase, con las orejas de burro, de rodillas y de cara a la pared.

Seguro que a más de uno le sonará esta postura de aquellos tiempos oscuros en los que los «defensores de la iglesia» utilizaban como castigo, en recuerdo de las épocas de la santa inquisición, pero en versión 1.9.7.0.

Insistí unos meses más hasta que decidí enviar este proyecto a cagar a la vía.

No lo tenía muy claro, pero visto lo visto, lo hice.

Ya que no quería tirar la toalla, empecé otro proyecto que prometía un poco más que el anterior.

—Esta es la mía. —Voy a triunfar. Me dije para mis adentros.

Por aquí les dejo otro sombrero de picaor…

Parece ser que al señor Adsense (apodo del señor Google), no le gusta que le envíes una web que no empiece por https.

Aparece un mensaje críptico y no de criptonita, sino de «o lo entiendes o no me marees con tus idioteces», en el que te indica que tu web no cumple con los requisitos de la seguridad nacional o algo parecido.

Mi web, desde el minuto uno o dos, que sé yo, tiene las siglas (las escribiré en mayúsculas, no sea que el señor de apodo Adsense, se haya dejado las gafas en el bar) H T T P S y sin embargo, el tipo insiste en que la mía no las tiene.

En fin.

Supongo que es cuestión de armarse (y no de armada) de paciencia y seguir insistiendo hasta que de una vez por todas, el señor Adsense, apodo del señor Google, vaya a buscar las putas gafas al bar, en el que se emborrachó hace ya unos meses y vea que mi web SÍ TIENE las siglas HTTPS.

Mientras no lo vea, no podré empezar a ganar millones de euros con mi superweb.

En cuanto el señor Adsense, apodo de Google, me comunique su enésima decisión, prometo que ofreceré una rueda de prensa en la séptima planta de El Corte inglés que, por cierto, igual hace más de diez años que no entro en uno de los poquitos que hay, desparramados por la península.

Saludos a todos los https. Y a los pobres desgraciados de los http, también.

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