De vez en cuando me acuerdo de los sueños. El de este lunes pasado, mas que raro, fue muy raro. Mi madre (que murió en 2013) y yo (edad actual) estábamos en el piso de Barcelona. Todo estaba igual menos la ventana de la habitación de mi hermana. El quicio llegaba casi hasta el suelo. Recuerdo que estaba mirando la calle, apoyado en la ventana y de repente, llamé a mi madre para que viniera a ver lo que estaba pasando. Por la calle Rosselló venían, en estampida, coches y gente volando como si fuesen hojas de papel. Un viento casi huracanado, que apareció de repente, amontonaba todo lo que pillaba a su paso, en la esquina de Avenida Gaudí con Rosselló.
En seguida, la montaña de escombros, coches y personas, desapareció de mi vista. Se estaba amontonando en Rosselló con Padilla. No me alcanzaba la vista.
Apareció en escena mi hermano pequeño (edad actual) que estaba la mar de feliz en otra habitación, como si aquello no fuera con él. Mi madre y yo, nos miramos con cara de asombro. No entendíamos nada de lo que estaba sucediendo.
En el momento que mi madre iba a decirme algo, noté que me estaba meando. Me desperté de golpe y fui al baño pitando.
No recuerdo nada más.