La semana pasada estuvo bastante cargada de emociones. Unas más bonitas que otras. Algunas muy tristes. Hay para escoger. Pero esta vez solo hablaré de las bonitas.
Este miércoles día 6, el amigo de Lucas hizo la presentación de su primer libro, «Relatant lo quotidià», escrito en catalán. Por suerte, este personaje es bilingüe, lo que significa que no tiene ninguna dificultad en escribir en otro idioma. De la misma forma que le pasa con el castellano y el catalán, le encantaría escribir y hablar en francés e inglés, que son sus asignaturas pendientes. No sé si citar aquella frase tan sobada que reza así: «todo se andará», pero se supone que algo de tiempo debería sacar de su ajetreada vida.
Al día siguiente, el jueves, para su queridísima sobrina e ilustradora preferida, fue, también, la puesta de largo de la exposición de sus ilustraciones, que durará hasta finales de agosto, en el Col·legi de Fisioterapeutes de Barcelona.
Los dos eventos tuvieron una buena acogida. En ambos, se presentaron Xavier, el amigo de Lucas y Anna, como unos simples aficionados, aunque por lo que tengo entendido, son dos diamantes en bruto que no se lo acaban de creer.
Xavier está liado con dos libros más que saldrán si todo va bien, antes de final de año. Por otra parte, me ha dicho un pajarito que la exposición de dibujos de Anna va a ser itinerante. Eso quiere decir que ahora está en el Col·legi de Fisios en Barcelona, pero en agosto la trasladarán a otro lugar que, por ahora, es top secret. Cuando se lo permitan a Xavier, os lo comunicará.
De momento, no tengo más información que ofreceros. ¡Ah, sí! Ostras. Me había olvidado por completo. El domingo, qué mejor evento para acabar la semana por todo lo alto. En el EspaiTer de Torroella de Montgrí, se representó «La Passió segons Sant Joan», de Johan Sebastian Mastropiero, digo Bach. El Cor de l’Empordà fue el encargado de interpretar esta obra. Solo diré una palabra: ESPECTACULAR.
Nada más por ahora. Pronto tendremos más información que ofrecer.