El nombre es para toda la vida a no ser que te lo quieras cambiar porque tus padres te bautizaron con un nombre horrible como Roboflecto, Merixendra, Sisebuto, Eufróstides… Eso sí, «para gustos no hay disgustos».
Si todo va según lo previsto, entre septiembre y octubre se añadirá al grupo otro humano. De momento será pequeño como todos los recién nacidos, pero a medida que pase el tiempo, crecerá y algún día no tan lejano, podrá compartir juegos, aventuras, secretos, la ropa, tal vez el calzado, con su hermano mayor. Sí, sí, su hermano mayor.
El primero fue Adrià. Cinco letras en su nombre. Tres vocales y dos consonantes. Empieza y acaba con la misma letra. La primera del abecedario. El primer hijo. ¿Casualidad?
El segundo ya viene en camino. Por lo pronto parece bastante movidito. Lo dice su madre. Es un no parar. El nombre escogido está meditado desde hace mucho. Valoraban ponerle al primero el nombre del segundo.
Roger. Cinco letras en su nombre. Dos vocales y tres consonantes. Empieza y acaba con la misma letra. La R. ¿Será ruidoso, rápido? De momento, será recién.
Te pongo deberes. Abre una libreta y escribe, en la línea de arriba, A D R I À. Ahora, en la línea de debajo y alineado a la primera A escribe R O G E R. ¿Casualidad otra vez? Los dos nombres empiezan y acaban con las mismas letras. El principio y final de cada nombre es una instrucción de mando, AR.
Ricemos un poco más el rizo.
Escribe en la misma hoja el nombre de los cuatro componentes de la familia.
A N N A – A D R I À – F E R R A N – R O G E R
El orden es lo de menos. Fíjate bien en un detalle. Quizás son paranoias mías. Me encanta fijarme en las palabras. Quizás está hecho a propósito. No lo sé. Tampoco sé si sus padres se dieron cuenta de ello. No importa. De todas maneras, lo encuentro mágico.
En el orden en que lo he escrito, cuento cuatro A y cuatro R.
Vale. He hecho un poco de trampa. Entre Anna y Adrià también aparece una R. Lo mismo pasa entre Ferran y Roger, que también se repite la A. Pero, y aquí viene mi paranoia, se repiten esas dos letras, la A y la R. Adrià y Roger.
¿Casualidad?
Jolines! Que interesante. Menuda observación.
Me he quedado con este escrito.
Muy agudico diría nuestra madre.