Parece ser que ya tenemos permiso para desvelar el acrónimo Efma. Si lo escribiese correctamente, sería así: EfMA, con mayúsculas. La «f» es irrelevante, aunque importante a la vez. Cosas del CEO. Ya te comenté el domingo pasado que era un CEO de marras.
El acrónimo significa Escort for mobile addicted, es decir, acompañantes de adictos al móvil. Parece ser que han aumentado los atropellos mortales a personas que han reducido su campo de visión y su mundo a las dimensiones de una pantalla de móvil. También padecen accidentes los que no lo miran. Es decir, los segundos son víctimas pasivas de los desaprensivos que piensan: «a mí no me pasará nunca nada». Y les pasa a ellos o a su prójimo. Mueren o se escalabran de una forma estúpida, por no mirar a un lado y a otro de la calle, o por mirar el móvil mientras conducen, o pasean al perro, o empujan el carrito del bebé, o tiran del carro de la compra, o mientras circulan a toda velocidad con su patinete eléctrico, van mirando el móvil, etc. Centenares de actos cotidianos de los que te sorprenderías de una forma escandalosa ocurren cada dos por tres.
Los y las EfMA son personas altamente cualificadas, con un don de gentes excepcional y excelentes reflejos. Tendrán luz verde para arrancarte de la mano el móvil si tu vida o la de tus conciudadanos está en peligro. Además, tienen licencia para avisar a los francotiradores si la situación lo requiere.
La semana pasada te comenté que la empresa contrató a este tipo de profesionales. Los utilizarán únicamente para casos extremos; si el humano ha atropellado a otro humano que no tenía la culpa de nada y por la estupidez del primero, el segundo muere o queda gravemente herido, enviarán a los francotiradores para rematar la faena. Le pegan un tiro al primero y una vez abatido, con un martillo de bolsillo, rompen el cristal del móvil. Trasladan al finado junto con su móvil a la DHDF, Factoría de Destrucción de Humanos Abatidos, para su total eliminación.
Quizás suena un poco drástico, pero según comentó el CEO, Artur Lincoln Horatio, es la mejor manera de hacer limpieza con estos indeseables que destrozan vidas de manera innecesaria.
Además de los requisitos comentados antes sobre los EfMA, tendrán que ser altamente operativos. Sus horarios se pueden acomodar perfectamente a las necesidades del usuario. Franjas de 24, 12, 8 o 4 horas y también con demandas especiales. Tienen bonos con descuentos exclusivos de acumulación de horas para personas con una dependencia máxima hasta los que solo miran el móvil una hora al día. En ambos casos, el personal de la FEfMA (acrónimo de Factoría de acompañantes para adictos al móvil), tiene máxima flexibilidad para adaptarse a cualquier horario de su prospecto (los clientes de toda la vida).
Cuando tengamos más información que dar, podrás encontrarla en nuestro canal de noticias y en este blog. De momento, nos retiramos por hoy. Ya sabes que estamos a tu disposición para aclarar cualquier duda que pudieras tener. Y, como reza el dicho: When in doubt, the most buxom…
Lo de los francotiradores está bien. Habría que institucionalizarlo y que entrase por la seguridad social, como producto de primera necesidad. 😀😀😀
Harta de oir que las vacunas son para tenernos controlados y estar enganchado y dependiente de los móviles. Como describes tan bien, no nos tienen controlados… A ver cuántas «chepas» se originan!