Desde que el ser humano aprendió a sacarle partido a su entorno con los objetos que encontraba, una chispa misteriosa se puso en marcha en su cerebro y la inteligencia se convirtió en la protagonista más importante en el desarrollo de la humanidad.
Esta frase es muy bonita si no miras más allá del siglo XX. En el XXI, las cosas han cambiado de forma drástica, a peor, y a una velocidad espeluznante.
Las grandes élites, las que llevan años imponiendo sus normas, necesitan cerebros desprogramados, atrofiados, para manipularlos a su antojo.
Utilizan las mil y una estrategia para tener a gran parte de la población adormecida, drogada por los contenidos bazofiados que, a diario, gestionan las plataformas que trabajan a las órdenes de estas élites.
Cuanto más idiotizados se encuentren las nuevas generaciones, más fácil será su manipulación. Tenemos un alto índice de sesos sorbidos que se pasan cantidades ingentes de horas sumergidos en la pantalla de su móvil, tragándose todo lo que los nuevos hipnotizadores cibernéticos ofrecen por el módico precio de cero.
En verdad no es a coste cero. El precio es muy alto, pero las generaciones apollardadas creen que no.
—¡Qué bien! Tengo al alcance de mi mano millones de productos audiovisuales que puedo consultar cuando quiero.
No es verdad. Esos contenidos están milimétricamente diseñados con fórmulas magistrales para que no puedas desengancharte de ellos. No es cuando tú quieres. Desde hace décadas ocurre cuando ellos quieren.
Reels, micro-videos, imágenes irrelevantes, fakes, bulos, colores estudiados, viñetas que incitan a mirar sin anestesia, etc. Todo, absolutamente todo, está pensado para un único fin: tenernos entretenidos, pero no desde la vertiente educacional y didáctica.
Cuanta más mierda entre por los ojos, cuantas más majaderías, más entretenidos y alejados de la realidad tendrán a las nuevas generaciones.
Así lo han diseñado y pensado meticulosamente. Y encima, les funciona a la perfección. Si no te lo crees, mira a tu alrededor y observa durante un ratito, lo que se percibe en la calle, en las casas, en los transportes públicos, conduciendo, etc.
El móvil es la droga más potente.
No sé qué pasará en los próximos años, pero intuyendo por dónde van los tiros, la cosa pinta mal, muy mal.
Decidamos cómo queremos usarlo! Quedémonos con lo que si! Gracias Xavi por hacernos reflexionar sobre lo que no.
La estupidez humana es infinita y eso no nos llevará a buen puerto.
Leí en algun sitio que el aburrimiento era bueno, al contrario de lo que se pensaba. Quizás la gente se tendría que aburrir para pensar y cuestionarse y ser creativo.
Lo que va a pasar está claro: autodestrucción.
Cuando Mark Sukerberh se está construyendo una casa con un súper refugio nuclear ¡¡¡uhmmm!!!
Antes estaba de moda.
Hace poco me enteré que cualquier casa hebrea tiene uno. En fin, lo de las trampas del atontamiento y consumismo funcionan.
Lástima que la gente no se cuestione nada, como en la pandemia. Solo algunos se vacunaron; ¿para qué? Paea poder ir a la discoteca, viajar, restaurantes. Sin pensar en su salud qué mierda te van a inyectar. Yo lo tuve muy claro. Preferí mi salud y un sacrificio relativo de no salir de mi casa. Y lo volvería a hacer.
No soy Nostradamus, pero veo el mundo dividido, los del criterio propio y los borregos.