Definitivamente, echan algo en la sopa

Hace tiempo escribí dos posts en los que planteaba la hipótesis de que algo deben hacer los productores de contenidos que consiguen, ya sea con Reels, videos absurdos, anuncios que aparecen gracias a las cookies, los colores o los sonidos, la máxima dependencia de humanos consumidores de cualquier tipo de productos audiovisuales para el móvil.

La gran mayoría de gente con la que me cruzo por la calle, llevan el móvil en una mano o en otra, dependiendo (supongo) de si son diestros o siniestros. Algunos, los menos habituales, se lo meten en el bolsillo de atrás del pantalón y otros se lo guardan en alguno de los bolsillos de su chaqueta. Me atrevería a decir y creo que no me equivocaría demasiado, que el 90% de los transportadores de móvil, lo llevan en la mano.

Haz una prueba que es francamente curiosa. Pregúntale la hora a alguien que lleve reloj en la muñeca y el móvil en la mano. ¿Dónde crees que consultará la hora? ¿Hacemos apuestas?

Creo que no hace mucho escribía que los humanos que tienen perros, a la hora del paseo, deberían, por norma, dejar el móvil en casa. Si es de vital importancia llevarlo encima, al menos, si de verdad aman a sus mascotas, que lo dejen en silencio o en el bolsillo con el volumen bajito. Te prometo que disfrutarás mucho más de tu mascota. Podrás, incluso, observar lo que hace cuando camina a tu lado. Cómo te espera si va delante de ti. Cómo se gira cada dos por tres para comprobar que estás ahí. Cómo salta, cómo corre y se divierte.

No hace falta ser un crack para darte cuenta de que solo me interese por los animales cuando sacan a pasear a sus dueños. Y, realmente, es así. Me intereso por ellos porque los pobres no se pueden manifestar en contra de los móviles que tantas atenciones les roban.

Y a los que van motorizados en cuatro o dos ruedas, en patinetes o bicicletas eléctricas, los que van con patines en línea o monopatines, los que pasean por la calle, acompañados de sus respectivas parejas, la señora Matilde que ha aprendido a caminar y a mirar el móvil a la vez para consultar «vaya usted a saber», los grupos de jóvenes en edad de granos que se amontonan en un banco del parque y que para hablar se envían mensajes entre ellos porque la dialéctica se les acabó hace tiempo, los más atrevidos que, mientras conducen, envían mensajes y los ves de lejos porque el vehículo sesea ligeramente, etc., para todos ellos les dedico una botifarra com una casa de pagès.

Ahora te dejo porque es mi hora de perder miserablemente el tiempo, mirando gilipolleces en el móvil. No sea que me haya perdido alguna noticia absurda como que Fulana de Tal ha dejado al novio de turno y se ha ido de escondidas a las Bahamas con el chófer de la señora Matilde, la que aprendió hace poco a caminar y mirar el móvil para «vaya usted a saber» o cualquier otra sosada. Por suerte, aún no me he enganchado al TikTok o como se escriba.

Si quieres echarles una ojeada los puedes encontrar en los enlaces adjuntos. Y recuerda que yo no les echo nada. ¿Qué le echan a la sopa?, y Droga digital

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