Y no nos dejes caer en la tentación, más líbranos del mal…
Caer, caemos o caeremos. Dependerá de si necesitas repartir tu poca voluntad y culpa con otros humanos que también caerán o han caído en algún momento de sus vidas.
Líbranos del mal… no nos libra ni San Pecesburgo. Si quieres aprovechar la potencia que ofrece el portal de Whatsapp, deberás pasar por el tubo. Eso o cerrarte las puertas de una posible expansión.
¿Qué quiero decir con esto? Que un servidor ha vuelto a activar una cuenta en Facebook. ¿Por qué? Básicamente, por dos motivos, A y B.
A: Aprovechar la potencialidad del feisvul si deseo promocionar los libros que tengo en el catálogo de mi Whatsapp business.
B: Lo he de pensar, pero algo sacaré de todo esto. Eso sí, sin abusar de mis pestañas.
Ya sé que es un típico tópico esto de las redes. Hace unos días escribía un post titulado Algoritmo, en el que me cuestionaba si era el diablo o personajes con cuernos los que fabrican los algoritmos para dejarnos sin cerebro o, en su defecto, chuparnos la materia gris que anda por ahí dentro, para tenernos a todos con los sesos sorbidos.
Yo, que soy un detractor de las redes, he caído exactamente este sábado 23 de marzo de 2024, otra vez en las redes invisibles y perniciosas del feisvul, como lo nombraba un amigo de épocas remotas.
¿Servirá para potenciarme o para hundirme más en la miseria emocional? Lo veré con el tiempo. De momento, tengo los ojos entre la pantalla gigante de mi ordenata y los avisos continuos del móvil para que tome conciencia de que ha llegado otra vez la pesadilla del cara-libro y sus secuaces.
Espero por mis hijos, mis gatos y toda la pelusa que corre por casa en un día de viento, que no me ocupe más tiempo de lo deseado. Que no me quite el sueño. Mi único objetivo es conseguir alcanzar la fama. Recuerdo que guardé el turrón en la estantería de arriba y ahora no alcanzo a cogerla.
De momento, no haré más preguntas, su señoría. De hecho, ni siquiera tengo respuestas, pero eso lo tendremos que averiguar en otro momento.
Bienvenido al inquietante mundo del paredón virtual.