Algoritmo

Existe un dicho popular que reza así: «las armas las carga el diablo». Significa que un arma de fuego es muy peligrosa, por lo que siempre hay que manipularla con sumo cuidado. No demos por hecho que está descargada porque puede no ser así y liarla.

Supongo que este comienzo, como otros del blog, sorprenderá a más de uno. ¿Qué diantre tendrá que ver el título con la frase? A priori, nada o mucho. Dependerá del desarrollo del mismo.

¿Podría decirse que los algoritmos de las redes sociales las carga el diablo? ¿Cabría pensar que un equipo de cabroncetes con cuernos o sin ellos se dedican a robar las almas de los mortales que caen en sus redes?, y no me refiero a las sociales. ¿Se podría decir que todo está montado para que nos convirtamos en muertos vivientes, en yonkisnet del algoritmo para permanecer el máximo tiempo posible enganchados a una app?

Desde hace una larga temporada, no sé si es por llenar la soledad o porque me he convertido en un muerto viviente o, peor aún, en un yonkinet, invierto más tiempo de lo establecido* en Instagram. Un video tras otro, normalmente de música, pero también de otras historias que, a veces, me inspiran para escribir relatos. Otros, simplemente, ocupan grandes espacios muertos de veladas interminables.

¿Cuál es el algoritmo que produce este enganche? ¿Qué, quién o quiénes son los responsables para que esto suceda? ¿Nos quieren agilipollados, apollardados, sorbidos de seso, sonámbulos de net?

Reconozco que hay reels muy interesantes, pero ¿es necesario que un humano como yo, que podría invertir su tiempo en temas más enriquecedores, malgaste y desgaste sus pestañas devorando videos, frases emocionales, gatitos, chistes de marcianos u otras barbaridades?

¿Tenemos remedio o estamos predestinados a quemar las cuatro neuronas que aún nos quedan por desarrollar o explotar?

No lo sé. No estoy seguro de esto y, básicamente, de nada. Me dejo llevar, pero a veces pierdo la noción del espacio-tiempo y cuando me doy cuenta, he quemado las horas de sueño. ¡Venga va, uno más y a dormir!

Hace rato que ha salido el sol. Hoy toca paseo, cura y no me refiero a nada cercano a la religión, ¡por dios! Tal vez, una vuelta por la playa y por la tarde, metrónomo al canto para controlar los tiempos del pentagrama y los silencios merecidos.

Espero que por la noche no caiga en la tentación del algoritmo que cada vez estoy más convencido, lo carga el diablo.

1 comentario en “Algoritmo”

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