Hace años no te podías escaquear de un día tan señalado como es el 25 de diciembre. Los compromisos sociales te obligaban a ir a esas comidas que te fastidiaban bastante.
La frase que más se oía en tu casa era: —vamos a ir sí o sí.
Por suerte, esos tiempos quedaron ya en el olvido.
Desde hace unos años, la cosa ha cambiado. Ya te apetece ir a celebrarlo con los tuyos.
Ahora vas porque te apetece, porque quieres, porque te lo pasas bien.
Desde 2006 puedes escoger libremente si te apetece ir a esa cena, comida o encuentro. No sientes presión.
Han pasado siete años desde la última cena en pareja. Ahora puedes escoger si quieres asistir o no y, por suerte, no pasa absolutamente nada.
Ahora, la confianza total te permite estar relajado. Eso es lo más importante.
Eso sí. Acuérdate que mañana es 26 y tienes un evento familiar en la ciudad.
Sobre todo, no te duermas.