Tres coincidencias. Mañana es veinte de octubre, domingo y el cumpleaños de Eva. Para todos nosotros, Aurora.
Eva es el primer nombre que se le ocurrió a Lucas cuando empezó a hablar de su familia.
Dos coincidencias. Eva es, según los creyentes, el primer nombre de mujer.
Aurora, alias Eva, también fue la primera. Después llegó un irresponsable y más tarde una teresiana a la que le gustaba la tortilla.
No sé si a mi Eva también le van las manzanas. Es un poco especial con la fruta.
De todas formas, no importa si le gusta o no. Sea prohibida o de las otras, se podrá comer la que le venga en gana.
Es su cumple.
—¿Qué le regalas para su aniversario?
—Mi presencia y la de un montón de humanos más.
—¿Lo sabe?
—Diría que no. Creo que sabe que vendrán los de siempre.
—Esperemos que así sea.
Setenta del ala.
El miércoles, 20 de octubre de 1954, no sabemos a qué hora, nació una niña en el seno de una familia trabajadora.
Sabemos que el osito que la acompañó desde los primeros años de su vida hasta la actualidad, tiene casi setenta tacos. Fue su primer regalo de reyes.
—¿Pero tú te has documentado antes de escribir esta información o lo dices sin ton ni son?
—La verdad es que no tengo ni idea. Estaba copiando los datos cuando de repente se fue la luz.
—¿No has pagado el recibo este mes?
—No es eso. Lo que pasa es que no tenemos información contrastada y lo estamos haciendo todo a ojo.
¡Qué birria de periodista de tres al cuarto, por favor!
Bien.
¿Qué estaba diciendo?
¡Ah, sí! Ya me acuerdo.
Pues eso. Una mañana o mediodía, nació una niña a la que apodaron… ¿Apodaron? ¿No está mejor dicho «a la que llamaron»?
Aurora.
—Vale ya, ¡no! Deja de meterte conmigo, coño.
La conejica.
—Es verdad, pero también la apodaban… ¡Y dale!
—Vale. La llamaban también juanica, aunque juanicos eran todos, creo.
—Pero qué pesado estás, por favor.
Setenta años que cumple la moza.
Como decía hace un tiempo, la edad es solo un número que utilizamos para darlo cuando te preguntan que edad tienes. No sea que te vayas a colar en la discoteca y seas menor de edad.
No creo que sea su caso.
—¿Estás seguro de eso? ¿No habrá intentado colarse alguna vez diciendo que tenía una edad cuando no era cierto?
—Yo qué sé. Pero que pesado estás con la edad.
Familiares y amigos celebraremos juntos el cambio de número con Eva, con Aurora, con la tata, con la juanica, con la conejica. Setenta. No es un número redondo, pero sí uno que se merece un respeto.
No aparenta la edad que tiene ni por asomo.
Lo mismo le ocurre a Jordi Hurtado o al mismísimo Net, de Cal Net. Allí celebraremos el cumple de la mona.
—Por cierto, ¿te has enterado que hace unos días va con bastón?
—¿De mando?
—No burro. De mando no. Para apoyarse. Se ve que se metió un guarrazo el otro día y anda por ahí con un bastón. Parece ser que era de su padre.
—¡Wala! ¿De su padre? ¡Qué chulo, no! ¡Que detalle tan bonito!